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domingo, 22 de marzo de 2015

El Huarajllay



Por toda la huaylla estaban, montón, montón diseminados el estiercol, dicen que es del Huarajllay. Un olor a azufre invade el ambiente donde están esos excrementos. Cuentan que el Huarajllay, según la creencia de los pobladores es un duende que habita en los andes. le encanta la oscuridad, es enano, tiene cuernos de cabra y le encanta la leche de vaca.


La Eleuteria dándole trompadas al becerro ordeña a dos manos la leche de la mulata, "choorrr, choorrr, choorrr ..." la leche levantando espumas se va llenando en el balde, dejando la shojma para el becerro pasa a las otras tetas, en eso que esta afanada observa las heridas en las tetas de la vaca, parecen producidas por dientes puntiagudos como espinas que se introducen en la carne de los pies cuando pisan el huaguro, seguramente a estado el Huarajllay le echa la culpa, acordándose que al duende le encanta la leche de vaca.

En el silencio de la noche cuando todos duermen, y por el frío de la puna los perros también se enroscan para dormir, es el momento propicio para que el huarajllay vaya despacio, despacio con precaución, se apodere de las tetas de la vaca y mame como bebito, dicen, hasta saciarse para luego escapar a defecar por las huayllas. Que mugriento el maldito enano, todavía cerquita de los ojonales donde nace el agua.


- "¿Y cómo saben que el Huarajllay es así para que le echen la culpa de todo, y quién lo ha visto?" - dice Dionisio que no cree en los duendes.
- "Algún animal nocturno debe ser ese cagon que ensucia esas huayllas" - asegura. "Uno de estos días voy a poner una cámara escondida por esas huayllas para grabar quien viene a defecar por ahí"- continua.


La curandera Julia, tempranito, oración, oración olfateando, olfateando va recogiendo el excremento del Huarajllay, según dice "para curar del mal campo y del mal aire". Así diciendo shojma todo el cuerpo desnudo de sus pacientes con la mierda fermentada que apesta más todavía. Lo anecdodico, es que los que fueron sometidos a dicho tratamiento afirman haber sido curados de su mal. 


El Ambrosio también, de ambicioso que es, tempranito se levanta a husmear por las huayllas de Bambalache, con la esperanza de encontrar el excremento fresco del Huarajllay porque según dice - "Si lo encuentro fresco, fresco, se convertirá en oro para premiarme, porque yo si creo en  su existencia" - afirma convencido.


En cambio el LLicu dice - "Yo, no creo en duendes, esos excrementos deben ser de algún ave o animal nocturno, que recurre a los ambientes húmedos para alimentarse de hierba o insectos que abundan por allí". Con el fin de demostrar su teoría ha hecho guardia para observar que fin tienen los excrementos y según él, "lo que sucede con dichos restos es lo que sucede con cualquier otro excremento: O sea se descompone por la intemperie hasta convertirse en polvo y se disemina por el ambiente llevado por el viento, hasta desaparecer". Pura tontería, eso de que se convierte en oro" - Concluye.

 Autor: Jíbaro

2 comentarios:

  1. Gracias, Maria Jose Loureda Fuentes, por tu amable visita. Iremos incorporando más entradas.
    Muchos saludos.

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